El control eyaculatorio existe. No es algo fácil, pero con un poco de práctica y entrenamiento se puede conseguir. Las ventajas que esto conlleva son muy grandes. Tendrás encuentros sexuales más largos y placenteros, y podrás complacer a tu pareja dándole tiempo de alcanzar un orgasmo o incluso varios, ¿por qué no?
La idea es que conozcas tu cuerpo y logres detectar el instante en el cual la excitación llega a un punto en el que la eyaculación es inevitable. Es lo que se conoce como el punto de no retorno.
¿Cómo controlar la eyaculación?
Para muchos hombres resulta difícil controlar la eyaculación porque se dejan llevar por los impulsos. Como resultado el acto amoroso dura un instante, lo cual muchas veces puede ser embarazoso.
Si estás interesado en retrasar este momento y prolongar al máximo el placer, existen una serie de técnicas que te ayudarán a controlar tus impulsos a partir de un estado relajado, parecido a la meditación. De esta forma, estarás fluyendo totalmente con la energía, experimentando todo lo que está sucediendo.
Algunos consejos sencillos para comenzar a entrenarte son:
- Escucha lo que dice tu cuerpo. Conocerte y saber qué cosas te ponen excesivamente excitado te ayudará a regular el encuentro sexual, déjalas para el final o evítalas.
- Conoce las posiciones sexuales que te llevan a la mayor excitación, y ajusta tus movimientos antes de que sea inevitable. Así podrás controlar en qué momento deseas acabar. Puedes usar los besos y las caricias para mantener el ritmo de tu pareja, mientras tu cuerpo se relaja y vuelves a tomar el control. Tal vez te interese leer nuestro artículo sobre caricias tántricas y beso tántrico.
- Finalmente, domina tu orgasmo. Tener el control eyaculatorio te permitirá resistir y prolongar el placer a niveles que no imaginas.