Haciendo el amor como una experiencia espiritual
En el libro Secretos sexuales: La alquimia del éxtasis, los autores Nick Douglas y Penny Slinger citan un antiguo texto chino: “Al retener su semen por medio del dominio en el arte del amor, el emperador concentra poderes adentro. Entonces, en la luna llena, él da su semilla a la Reina del Cielo”. El propósito de un ritual como ese era otorgar poderes mágicos al niño que naciera de él.
Recordemos que este texto se contextualiza en antiguas culturas como Egipto, Arabia, India, Nepal, Tíbet, China y Japón. Allí era común la poligamia, es decir que un hombre tuviera muchas mujeres. Fantasía que a los hombres de occidente les encantaría hacer realidad. Sin embargo, siendo realistas, esto amerita una experticia que no todo hombre está preparado para asumir.
Actualmente, la mayoría de los hombres eyaculan dentro de los primeros quince minutos de haberse involucrado en una relación sexual. Esto resulta un problema en el caso de tener que satisfacer a más de una mujer.
El TAO sexual y el tantra
En los textos taoístas de China, está escrito que todas las noches el emperador debía hacer el amor a nueve consortes de su elección, de manera que a un marido se le respetaba más por satisfacer a su esposa que por cualquier otra cosa.
En estas culturas el poder de un hombre se medía por el número de esposas que pudiera mantener satisfechas, ¿cómo lo hacía? Uniendo la sexualidad con la espiritualidad. Entendiendo el acto sexual como una experiencia cósmica, un intercambio de energías. Los hombres se entrenaban para conocer las artes de hacer el amor, ser apasionados amantes hasta los noventa años de edad y tener hasta veinte consortes, a las que mantener sexualmente satisfechas.
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