Las técnicas taoístas de penetración y retirada durante el acto sexual tienden igualmente a retrasar o suprimir la eyaculación.
Empuje superficial y profundo
En la penetración por delante, se aconseja al hombre que procure que la mayor fricción sea entre la zona del clítoris de la mujer y la parte superior de la base del pene, no entre el glande y las paredes interiores de la vagina.
Cuando penetra de esta forma, el hombre debe mover el pene verticalmente, de arriba abajo, sobre las “Cuerdas de Laúd” [el frenillo del clítoris] y los “Brotes de Trigo” [los labios menores], antes que meterlo y sacarlo de la vagina en toda su longitud.
En el léxico taoísta, esta clase de penetración recibe el nombre de «empuje superficial», mientras que las penetraciones vaginales profundas se llaman «empujes profundos».
Mediante los empujes superficiales, el hombre puede estimular directa y vigorosamente la zona más sensible de la mujer –el clítoris– con la parte menos sensible de su pene, mientras mantiene su propio punto sensible -la punta del pene- relativamente inmóvil en el interior de la vagina.
Empuje superficial
Empuje profundo
Pautas de penetración taoísta
Los libros de almohada taoístas hacen numerosas referencias a distintas pautas de penetración, como «tres empujes superficiales y uno profundo», «seis superficiales, dos profundos», etc., pero la más frecuentemente recomendada por los antiguos adeptos es la de «nueve superficiales, uno profundo».
Además de servir como contrapunto rítmico a los empujes superficiales, dando a la mujer un repentino cambio de marcha, los empujes profundos son muy eficaces para «bombear» el pene de manera que recobre toda su dureza cada vez que el hombre pierde parte de la erección tras aplicar las técnicas para el control de la eyaculación.
Los empujes profundos, además, también ejercen una estimulación directa sobre el sensible «punto G» de la mujer.
Si, debido a una mala sincronización o a la falta de atención, los métodos de «cerrar la puerta», presionar la confluencia del yin y demás (expuestos en este artículo) no consiguen contrarrestar la creciente tensión eyaculatoria del hombre, queda el último recurso de retirar completamente el miembro del «florido campo de batalla» durante un rato, para retornar a la tarea en cuanto haya vuelto a recobrar la calma y la serenidad.
Por lo general, esta medida resulta en una pérdida parcial de la erección, lo que hace necesario aplicar a continuación la técnica de penetración denominada «entrada en blando».
Entrada en blando
Es una técnica excelente, tanto para volver a penetrar durante el control de la eyaculación como para aquellos hombres aquejados de impotencia o insuficiencia de erección.
Cuando el hombre se retira por completo para evitar la eyaculación, puede también aplicar el cerrojo anal o la digitopuntura en la confluencia del yin como precauciones adicionales mientras espera a que se apacigüe su ardor (Te recomendamos leer el artículo sobre respiración retardante si quieres saber más sobre técnicas para durar más en la cama) . Aunque al hacerlo pierda la mayor parte de la erección, la lubricación natural de la vagina y la cooperación de una compañera comprensiva le permitirán reintroducir fácilmente el “Tallo de jade” en el “Portal de jade”.
En cuanto vuelva a hallarse en su interior, la calidez y humedad de la vagina, más uno o dos empujes profundos, normalmente bastarán para devolverle plenamente los «Cuatro Logros» de longitud, hinchazón, calor y dureza.
La Muchacha Sencilla nos asegura que con la práctica frecuente de este método, el miembro viril se volverá «duro como el hierro y caliente como una antorcha, permitiendo que el hombre supere a todos sus contrincantes y se alce con la victoria cien veces en cien batallas».